Pastillas

La vida está llena de decisiones. No sabes si cómprate la talla M o la L, un coche diesel o gasolina, Colacao o Nesquik, y así una larga lista de elecciones interminables.

¿Pastilla roja o pastilla azul? ¿Querer seguir viviendo una mentira o afrontar la realidad? Debajo del edredón se ve todo de otra manera, calentito y con el móvil en la mano te trasladas a otro mundo, pero el frio se coge por los pies.

Abrir los ojos en la oscuridad, mirarte la muñeca y no tener reloj, escribir con un bolígrafo sin tinta, desnudarte y mirar al espejo. 

Adios año que no fuiste 13.

La francesita

'Querer lo que te hace daño, tío, ¿sabes? De esto que... que no puedes evitarlo, pero dices... pero no puedo, pero necesito... necesito una vez más.'

A veces pienso que yo soy Leiva y ella Michelle.

El metro me provoca

Con su tambaleo intermitente consigue que suelte lo que tengo en mi interior. Muchas veces es música, otras es simplemente palabaras desordenadas. Me gusta. Te hace valorar el tiempo, dando un precio al camino en foma de distancia.
Sensacion extraña, parpadeos neuronales en direcciones opuestas sin turno preferente. Violencia ingerida por gula, razones que no deseamos creer. Rabia, pero no ira. Cero odio, pero con un rencor a modo de flotador que nubla el sentido de la realidad.
Ni yo entiendo estas frases. Solo salen palabras feas y muchos peros que pretenden que me asome de nuevo a ese pozo.
He de decir que ya estuve allí, que no me gusta lo que vi, que el fango es más sucio desde abajo. Ahora lo veo desde ese acantilado, su olor putrefacto se camufla con el de mi colonia. Y me confundo.