Y aqui estamos otra vez más jugando al ensayo y al error. Paseando por un Madrid más bello que nunca con una sóla mano, disfrutando de nada y de todo.
Sus edificios de decenas de plantas no han de hacerte sentir pequeño, recuerda que lo construyeron personas como tu.
Ya queda menos.
Menos para ser más o menos para lo que quiera ser. Cansado de idilicidad llega la temporada del rucu rucu.
Sigamos el camino hasta la siguiente intersección, el tiempo todo lo pondrá en su sitio.
Guau... cada vez que paso por aqui me dejas con la boca abierta por la forma en que conviertes sentimientos tan profundos en palabras. Te envidio. Ojala a mi se me diese la mitad de bien.. porque tiene que ser el mejor desahogo. No dejes de hacerlo
ResponderEliminar