domingo, 22 de enero de 2017

Lo volví a hacer.

Esta vez, su nombre era Laura.
Su sonrisa, infinita.
Conversamos toda la noche.
Noche tras noche.
Comenzó a ser una droga.
No podía dormir si no tenía un poco de ella cada día a eso de las doce.
Todo era increíble.
Tenía chico.
Le gustaba la música antigua y era de otra provincia.
Vivia en Madrid.
Todo acabó antes de empezar.
Ya no sé si no podía seguir sus bailes o ella mi ritmo.
Quizás fuera él.
Fue bonito durante un instante.
Y lo volví a hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario