viernes, 19 de mayo de 2017

Abusivo.

Tenía 20.
Cuando ella comenzaba a andar, yo empezaba a masturbarme.
Hecha de lava, daba besos en momentos justos, y cuando no, soltaba palabras que la RAE no entendía.
Nos pasamos la noche bebiendo y hablando de política, tirando alguna copa y comprando una más.
El sol dio pie a ver el color de nuestros ojos, escuchar música desnudos en la habitación y leer poesía.
Después de contemplar por última vez las latas de cerveza del salón, y darle un par de caladas a un canuto, decidimos irnos a dormir.
Al despertar no hubo conclusión.
Mi estilo seguía siendo el del Sol y sus ojos seguían siendo cada uno de un color.

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