martes, 26 de noviembre de 2013

lunes, 18 de noviembre de 2013

Lo más duro.

Vuelta al imsomnio, a la autodestrucción en cada suspiro, a no soñar.
Es tan fácil cómo decir adios, darte la vuelta y no mirar atrás, pero nuestra naturaleza humana no permite que esto suceda de una manera tan sencilla.
No se si es el recuerdo, sus dientes o la decepción lo que me hace sentir que eras reina de mi mundo. Conversaciones infinitas de las cuales nosotros tenemos el poder de alargar o recortar según nos plazca, sin caer en el error de una espiral morada o una tortuga verde. Suspiro y media sonrisa.
Fuimos invencibles, lloramos, reimos y bebimos. Nos besabamos y haciamos el amor. Cursi.
Ahora toca llevarnos en el corazón sin que se nos note, evitar la telepatía y procurar no mirarnos a los ojos para no caer de nuevo en un embrujo inminente. No mentir.
Adios, chica Rock de martens.
Adios, Lady Madrid.
Hasta luego si es martes.

viernes, 15 de noviembre de 2013

La polla.

La niebla, cargada y espesa, desciende por la montaña hasta un valle que no es encantado. Ahora cuesta respirar en la falda de la montaña y los pueblerinos del valle buscan aire puro en la cima de su particular relieve.
El camino hasta la cumbre no es fácil, en él se encuentran multitud de obstáculos como el frío, la vegetación, animales salvajes y uno mismo. Las preguntas a cada paso se hacen más rotundas, nada banal de lo que se pueda escapar con un simple clic en el ratón de un ordenador. La música no se escucha a esas alturas y retroceder puede ser una opción más peligrosa que el silencio, pero no todo es tan oscuro y peligroso como lo narran, hay una respuesta. Tú.
Tú decides si vivir o morir, si subir o bajar, si ganar o perder.
De ti depende todo, la cumbre, tus pasos, el camino.
Todo se desvanece para las personas que confían sus fuerzas a alguien. Aquí la respuesta falla, ya que esas son las personas que más felices pueden ser.
Yo, pueblerino y tozudo, me encuentro en un lugar sin respuesta ahogado por los recuerdos y preso de mi estupidez sin saber afrontar lo que tanto platico.
Ya no quiero ser yo.