lunes, 18 de noviembre de 2013

Lo más duro.

Vuelta al imsomnio, a la autodestrucción en cada suspiro, a no soñar.
Es tan fácil cómo decir adios, darte la vuelta y no mirar atrás, pero nuestra naturaleza humana no permite que esto suceda de una manera tan sencilla.
No se si es el recuerdo, sus dientes o la decepción lo que me hace sentir que eras reina de mi mundo. Conversaciones infinitas de las cuales nosotros tenemos el poder de alargar o recortar según nos plazca, sin caer en el error de una espiral morada o una tortuga verde. Suspiro y media sonrisa.
Fuimos invencibles, lloramos, reimos y bebimos. Nos besabamos y haciamos el amor. Cursi.
Ahora toca llevarnos en el corazón sin que se nos note, evitar la telepatía y procurar no mirarnos a los ojos para no caer de nuevo en un embrujo inminente. No mentir.
Adios, chica Rock de martens.
Adios, Lady Madrid.
Hasta luego si es martes.

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