martes, 24 de junio de 2014

Pero da igual.

Verano, mal tiempo para para los fetichistas. La observación se hace minuciosa, te distraes y opinas en tu interior de colores, estética, marcas... No paras de mirar el suelo, pero lo que no sabes es que lo haces por egocentrismo, superhombre.
Frikismo absoluto en viajes cortos, bicis caras y tatuajes mentales con dos seguros, uno de moto y otro de vida.
Llegó el momento, llego el verano. Calor, agua fria, piscinas mojadas y terrazas petadas. Poca ropa que nublan nuestros pensamientos más superfluos y, como no, aire acondicionado.
Sexo pegajoso, sudores que causan verguenza, cachitas de gimnasio y gafas de sol, las de moda.
Planes, muchos planes. Barbacoas, juegos de cartas y apuestas atrevidas. Días largos, atardeceres increíbles y fiestas de pueblos, somos españoles.
Camisetas de tirantes, bikinis y natación sin gorros de latex.
Vuelta a la realidad, España eliminada del Mundial.

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