Viento

Yo quería querer y ella regresar. Era un punto dilumbrante de fondo borroso, como ventisca en un día nublado.
Entre sueños parpadeé y ella me cogió de la mano, pero era tarde para secar el sudor frio que recorría mi cuerpo.
No era frio sino viento helado, no era sol ni tampoco lluvia.
La felicidad se desvanecía a la par que se convertía en espejismo sin reflejo, sin camino, sin Dios, sin rumbo.

Entre volver y regresar

Volví a pensar por un instante que nada había ocurrido, que su mirada era un espejo de la mía y que sus palabras eran tan interesantes como el desenlace de esa serie a la que estábamos enganchados.

Volví a volver y necesitaba más cerveza entre medias para que todo fluyera, con canciones nuevas que no entran en la lista de nuestros éxitos, confundiendo hacia el otro extremo mis gestos y caricias intermitentes.

Entre volver y regresar, volví a hacerlo.

Pasados cercanos

Quiero hacerte perder otra vez los sentidos, que se estremezan tus entrañas fruto de las cosquillas de tu tripa. Llamar a tu puerta cuando menos te lo esperes, sacar esa sonrisa producto de la inocencia, levarte lejos, muy lejos. Guiñarnos un ojo, y que solo nosotros nos demos cuenta, ser otra vez cómplices, amantes, guerreros, niños. Apelar a la locura cuando nuestras razones se confundan, saltar al vacío de la mano y hacer escala en una nube. Escuchar la musica como nadie lo hace, buscar ese universo paralelo que tanto nos llama y poder decirle que aqui estamos por su culpa.

Mañana

Me encuentro solo en medio de la calma, tras una tormenta con olas parecidas a las de hace un año. Discursos y palabras navegan rodeando decisiones contradicentes que ponen en jaque la credibilidad de los pensamientos que casi me ahogan, pero no estamos en la mar. Cierro los ojos y no consigo ver nada, respiro hondo y me traslado más lejos de lo que imagino, cayendo en un sueño constante y placentero que solo el sonido de un teléfono puede devolver a la realidad.

Eses

Siempre buscamos una respuesta que solucione todo. Una simple palabra que haga de anclaje entre las cosas que no entendemos. Preguntamos a amigos, familiares y desconocidos, y a pesar de no ser supersticiosos, pedimos deseos a las estrellas fugaces.
Somos capaces de tropezar con la misma piedra más de tres veces, y aún así estar convencidos de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Estamos hechos para creer, para cruzar desiertos en busca de ese motivo que nos hace seguir hacia delante, con alguna pausa para respirar profundo y llamar a nuestros seres queridos.
Todos tenemos miedo, pero es el momento perfecto para ser valientes. Coger fuerzas de las personas que te acompañan en este viaje y afrontar las pesadillas de nuestro pasado, ese que se convierte en sueños en los malos momentos.

Ya es pasado

A la mínima, fuera. Fuera esos sentimientos de las personas que no somos, fuera cavernicolas silenciosos, fuera soledades en compañía. Fuera música sin armonia o letras sin melodia.
Solo respirar y llenar los pulmones de tranquilidad, de paz y amor, y que esa sensación sea la misma si miramos a la derecha y no estamos, si miramos a la izquierda y nos encontramos. Si miramos hacia abajo y vemos tierra, si miramos hacia arriba y vemos estrellas.
Esa sensacion que hemos podido experimentar el uno del otro bajo un edredón, sentados en un coche sin plan ninguno o tomando un regalo en forma de Jagger.