Te voy a imaginar hasta que te ponga cara.
Tendrás el lado malo de un ángel y el lado bueno de un
demonio.
Como no, tus labios sabrán a cerveza, y tu sexo a miel.
Tu olor será una mezcla entre rosas recién contadas y
Ultraviolet.
Humor no te faltará, contarás chistes malos y reiremos hasta
que nos salgan agujetas en los mofletes.
Fútbol, sí. Hablaremos de fútbol y no serás del Aleti.
Te cabrearás cuando se te rice el pelo por la lluvia, y lo
dirás con una sonrisa.
Suave, tu piel será suave y me echarás la bronca por no
utilizar crema hidratante.
Tardarás horas en arreglarte y yo te esperaré en el bar de
la esquina.
Fruncirás el ceño por las mañanas porque no querrás que me
vaya a trabajar antes que tú.
Serás de fuera y te burlarás de mi jerga madrileña.
Seguirás sonriendo, y la lluvia continuará rizándote el
pelo.
Lo daremos todo y nos despediremos con la mirada.
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