viernes, 30 de junio de 2017
lunes, 26 de junio de 2017
viernes, 23 de junio de 2017
Bar.
Era la reencarnación del diablo, puro pecado diría yo.
Su mirada iba más allá de los ojos y de la boca, hipnotizaba.
En la cama era fuego, y eso no se olvida fácilmente.
Aun me acuerdo cuando caminábamos de la mano,
también de cuando me guiñaba un ojo en Julio.
Ahora le sigo en las redes sociales,
y veo que aun sigue con sus cuernos y su rabo.miércoles, 21 de junio de 2017
Despedida.
Se abrazaron en el andén.
Radiaban felicidad y tristeza a la vez, y Atocha enmudeció.
Ella iba camino al aeropuerto en el tren de las nueve.
Él se quedaba en Madrid otra vez más.
Al llegar a casa sintieron un gran vacío. Vuelta a la realidad como dirían muchos.
Ya no se si eran fuertes o estúpidos, pero sin conocerlos de nada sus sonrisas merecian la pena.
Radiaban felicidad y tristeza a la vez, y Atocha enmudeció.
Ella iba camino al aeropuerto en el tren de las nueve.
Él se quedaba en Madrid otra vez más.
Al llegar a casa sintieron un gran vacío. Vuelta a la realidad como dirían muchos.
Ya no se si eran fuertes o estúpidos, pero sin conocerlos de nada sus sonrisas merecian la pena.
martes, 20 de junio de 2017
lunes, 5 de junio de 2017
Escher.
Rozamos los "te quiero" como si fuera algo extraño.
Éramos conscientes de que si alguien lo decía, se iniciaba
el principio de algo doloroso y placentero.
Los esquivamos con clase, con pequeños vaciles que nos
sacaban tímidas sonrisas.
También utilizábamos silencios largos y miradas a los ojos.
Al final, todo cayó por su propio peso.
Se alejó caminando de espaldas, con la mirada fija en mi
boca, y cuando estaba a diez metros de distancia se paró en seco.
Saco una manzana de su bolso, se la puso en la cabeza y dijo el “te
quiero” más sincero del mundo.
Esperaba mis cuchillos.
Ya no le importaba morir.
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