Es esa sensación de elegir el camino del bosque tenebroso fente al del sol, los pájaros que cantan y las hadas que te saludan al pasar.
Esa puta bifurcación con carteles en la que se puede distinguir la palabra impulso de la de facilidad.
Estoy a la entrada, me apetece caminar un poco más, adentrarme en esa oscuridad para probar si es verdad lo que dicen.
Me comentaron que los murciélagos cantan ópera y que las ninfas te ofrecen cerveza de la zona. Las flores oscuras huelen a Ultraviolet y la poca luz que se refleja en el agua proyecta tu rostro. Tu rostro pero no tu nombre.
También me dijeron que antes del final habia un casino, donde se encontraba una ruleta con un sólo número, un sólo color, una sola carta.
Nadie salió de allí. Nadie pudo regresar para avisar de lo peligroso y placentero que era ese final.
Se rumorea que hay un valle donde el sol luce con mas fuerza de la que imaginas, pero no necesitas gafas de sol, todo lo contrario del final de ese camino que indicaba el cartel de la facilidad.
En el valle de la impulsividad las ninfas desaparecen para dar paso a tu cuerpo desnudo, proyectando tu nombre al fondo a la derecha.
Elige.
domingo, 2 de agosto de 2015
De ninfas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario